Las particularidades más significativas del pabellón se encontraban en sus extremos. La primera era una cinta transportadora que desplazaba los visitantes entre un mundo virtual y un mundo especular que reflejaba y doblaba visualmente el espacio en función de su iluminación.
La segunda era un calidoscopio de grandes dimensiones en el que el pavimento era una de sus cuatro caras y los visitantes formaban parte de las imágenes de futuro proyectadas y reflejadas.